lunes, 26 de abril de 2010

VATICANO 0 – ASOCIACIÓN DE TEÓLOGOS JUAN XXIII 12

Resulta muy emocionante ver como a las doce de la noche del sábado al domingo de Semana Santa, las calles de Sofía se llenan de velas que son llevadas a las iglesias. Se diría que es algo incluso mágico. Tengo la sensación que en Bulgaria hay un acercamiento bastante libre hacia la religión. Me explicaré:
En Rumanía, el antiguo régimen comunista llegaba al extremo de derribar las iglesias sin piedad y ahora, en un efecto rebote, ha renacido con ímpetu el culto religioso. Con un fervor, que en ciertos aspectos nos parecería algo irracional.
En España, y más lejos temporalmente, se da el mismo efecto rebote pero en sentido contrario. Prácticamente todos nacíamos cristianos católicos (sin que nadie nos preguntase) y precisamente por esta criterio de “sobreentendida obligatoriedad”(y su asociación con el antiguo régimen), mucha gente se ha ido desentendiendo de la iglesia. Todos nuestros padres pensaron que conocer el mensaje de Cristo era algo positivo y en efecto lo es. No olvidemos que en el Islam y el resto de las religiones se lega también la religión a los hijos con el mismo criterio.
En Bulgaria, el antiguo régimen comunista estaba en contra de la religión pero no de manera tan virulenta como el caso mencionado de Rumanía. Prueba de ello es que el culto estaba permitido aunque “no bien visto”. Como resultado en la actualidad la gente tiene una aproximación más objetiva y sincera, ya que no se hereda en la memoria colectiva ningún pasado de prohibición extrema u obligatoriedad. Los que quieren ser practicantes, aunque no sea en un gran número, lo son hasta sus últimas consecuencias.
Pese a la imagen “antigua” que tenemos los católicos de los ortodoxos, sorprende agradablemente observar que los practicantes son más espirituales y los sacerdotes más terrenales (para quien no lo sepa el matrimonio está. Parece muy conveniente saber lo que es estar casado cuando casas a dos personas); esa cercanía entre las partes que integran la iglesia ortodoxa, cuando menos, transmite sensaciones esperanzadoras de mayor viabilidad y progreso.
Por otro lado cabe reflexionar cual es la distancia entra la Iglesia Católica y el mundo actual. Para ello no dejen de mirar el artículo (con título bastante “amarillista” para la seriedad de su contenido) publicado por El País el 21-4-2010: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/teologos/asociacion/Juan/XXIII/reclaman/dimision/Papa/elpepusoc/20100421elpepusoc_6/Tes
En el mencionado artículo (el cual traduciré al inglés porque no creo que nadie deba perdérselo) la Asociación de Teólogos Juan XXIII refleja su postura respecto a la situación de la Iglesia Católica. Les recomiendo (incluso a los de ustedes que sean ortodoxos) que decidan con cuales de los 12 puntos están de acuerdo y con cuales no: El resultado les dará la distancia que ustedes creen que existe entre la Iglesia Católica y el mundo real actual.
Podremos pensar que, se trata de una lucha de poder encubierta, que alguien trata de hacer daño a la Iglesia o que los de la ”Teología de la Liberación” ya están dando otra vez la lata. Personalmente todos los puntos, formulados como cuestión de debate, me parecen del todo lícitos. Hace tiempo deberían haber sido tratados y el futuro de la Iglesia dependerá del tiempo en que se sigan evitando.
A la jerarquía católica, de la que cada vez se tiene la impresión de que está encerrada en su torre de cristal, destilando el dogma hasta su purificación total, convendría recordar que en este mundo habitan más de 6.000 millones de realidades diferentes.
Lo bueno del mensaje de Cristo es que es tan claro, positivo, fresco y actual, que se entiende por sí solo, sin que nadie comercie con la exclusividad de su interpretación.
Es como el agua que rompe el dique y llega a la arena de la playa, donde cada cual hallará la religión en su interior.

PD: A los cinéfilos (también al Vaticano, quienes supongo tampoco leerán nunca mi blog) les recomiendo revisitar “Las Sandalias del Pescador” de 1968. Salvo los excesos cinematográficos de la crisis Chino-Soviética, díganme a quien no le gustaría un Papa como el que encarna Anthony Quinn.

1 comentario:

  1. Realmente interesante.

    Creo que tú has tenido la misma suerte que yo, que no es otra que haber tenido la posibilidad de vivir (y cuando digo vivir me refiero exactamente a eso, vivir, no visitar) en un país de los Balcanes, en un país ex-comunista, y por lo tanto en un país renaciente. Todavía no conozco Bulgaria, pero sí conozco afortunadamente la Ex-Yugoslavia, sobre la que en otro momento me tomaré la libertad de apuntar algo en tu blog. Pero hablando de religión, a la que yo había rechazado completamente como español católico obligado, no es que me haya vuelto religioso de la noche a la mañana, pero aquí he empezado a comprender la necesidad de ser libre para disfrutar de la espiritualidad si se desea o necesita, y he conocido una iglesia que no se entromete sino que simplemente está para quien quiera. Yo me he casado por el rito ortodoxo y no me hicieron ningunas imposición como católico oficial, no tuve (tuvimos) que hacer ningún cursillo prematrimonial lleno de mentiras y prejuicios y manipulaciones, solo disfrutamos de una bonita ceremonia en la que puedes creer o no, es tu problema. Y eso es libertad, que es, no nos olvidemos, la base del cristianismo. Por eso me atrevo a decir que los ortodoxos son cristianos y los católicos se olvidaron de Cristo hace muchos siglos. Religión con los pies en la tierra. Luego ya veremos si es cierto que dios existe o no si tenemos ocasión de comprobarlo una vez muertos (yo sigo pensando que no), pero la doctrina social expresada por aquel Jesús de Nazaret es para la tierra, no para el cielo. Y es para el pueblo, no para el poder.
    Disculpas por el tostón que os he soltado, pero me he sentido con muchas ganas de escribir hoy.
    Saludos desde Montenegro.

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